México y la era del "capitalismo gore"

El pasado 26 de septiembre la ciudad mexicana de Iguala se vio conmocionada por la matanza de decenas de estudiantes normalistas. Sucesos como este ponen en evidencia el grado de infiltración del crimen organizado en las distintas instituciones del Estado, así como su connivencia con el poder político y económico. En el México del "capitalismo gore" el narcotráfico es un elemento más del sistema.


Imagen de una de las muchas matanzas perpetradas por los
sicarios del narcotráfico junto a la frontera con Estados Unidos.
       ¿Qué está ocurriendo en México? Es de dominio público que, desde hace casi una década, el país viene sufriendo la plaga de la violencia criminal relacionada con el narcotráfico. Dicha violencia deja ya un balance de más de 60.000 muertos y miles de desaparecidos (1), una auténtica guerra no declarada que, día tras día, va desangrando lentamente el país llevándose consigo en ocasiones a lo mejor de su juventud. Uno de los últimos episodios tuvo lugar el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, localidad situada a unos 200 kilómetros de México DF, en el Estado de Guerrero, uno de los más azotados por la violencia. Lo que empezó como una movilización estudiantil para protestar contra la descarada connivencia entre los narcos y los distintos poderes fácticos de la región (fuerzas del orden, cargos políticos...), acabó en otra noche sangrienta más cuando la policía disparó indiscriminadamente contra los autobuses que llevaban a los estudiantes so pretexto de que trataban de boicotear un acto electoral. Hubo seis muertos, pero lo peor estaba por llegar. Al menos 43 estudiantes fueron llevados a las dependencias policiales y a partir de allí se les perdió la pista, sencillamente desaparecieron y todo parece indicar que fueron entregados a los sicarios del narco para que estos procedieran a su eliminación.


      En los sucesos acaecidos en Iguala se reúnen elementos propios de un relato de horror, asesinatos truculentos (con mutilaciones y torturas de por medio) y cadáveres calcinados arrojados a fosas comunes, con una negra crónica política que destapa las nada sutiles relaciones entre las autoridades locales y el narcotráfico. Tan al descubierto han quedado dichas relaciones que el gobierno central no ha tenido más remedio que intervenir. Decenas de policías locales han sido detenidos y se ha tenido que reforzar la presencia policial y militar en la zona para contener la creciente indignación popular. "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", gritan los manifestantes que se solidarizan con los familiares y amigos de los estudiantes desaparecidos y, por desgracia, con toda probabilidad asesinados. La gente honrada está más que harta, las movilizaciones se extienden por el país y se anuncia una próxima huelga general estudiantil de alcance nacional. Entretanto el alcalde de Iguala en el momento de los hechos y su mujer se han esfumado, pues ambos huyeron de la ciudad como ladrones en medio de la noche cuando el asunto terminó estallando y nadie sabe de su paradero, el gobernador del Estado de Guerrero ha dimitido y el nuevo alcalde lo ha sido por bien poco, ya que no ha tardado en renunciar (2). Seguramente sabe muy bien lo que se le viene encima si se queda.

         La enésima matanza vuelve a reflejar el estado en el que se encuentra México. Los narcos campan a sus anchas por muchas partes del país, tienen a sueldo a policías y cargos electos locales, la corrupción es generalizada. Todo aquel que osa interponerse en su camino termina pagándolo con creces. En su empeño por encontrar a los estudiantes y así calmar a la población, el gobierno ha dejado al descubierto una horrenda evidencia, la región se halla repleta de fosas comunes de crímenes anteriores. El poder del narco nace de los inmensos beneficios que obtiene en virtud a la actividad que desarrolla, no olvidemos que al norte de Río Grande se encuentran los Estados Unidos de Norteamérica, con gran diferencia el mayor consumidor de drogas en términos absolutos de todo el planeta. Gracias a esto los narcos manejan unos recursos casi ilimitados, destinando a los sobornos de funcionarios una cantidad de dinero apreciablemente superior de la destinada por la fiscalía a la lucha contra el narcotráfico. La infiltración en los distintos estamentos de poder, lejos de contenerse, parece haber aumentado. En este auténtico "Imperio del Crimen" los principales líderes se disputan territorios y áreas de influencia en una guerra que parece no tener fin, como si de señores feudales se tratase. Esto a permitido entre otras cosas que el Cártel de Sinaloa, que opera en buena parte de la frontera estadounidense, se haya convertido en una de las mayores organizaciones criminales del planeta (3).

Mapa de México que muestra las áreas de actuación de las
distintas organizaciones del narcotráfico (Fuente: BBC Mundo).
       Pero para comprender en profundidad lo que sucede no basta con saber quiénes son los autores de las matanzas, en el caso de Iguala dice mucho saber también quiénes han sido las víctimas, los Estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Creadas en la década de los años 20 del siglo pasado, justo después de la Revolución, las Escuelas Normales nacieron con la pretensión de ser un instrumento de transformación social que liberara del yugo de la ignorancia a los campesinos pobres del país, ofreciéndoles un futuro más próspero vía una formación que incluso da acceso a estudios superiores. Estos centros siempre fueron un foco de resistencia y pensamiento crítico frente a los desmanes del poder y, precisamente por ello, a lo largo de las últimas décadas han sido objetivo prioritario de los distintos gobiernos de corte neoliberal que se han sucedido en México (4). El régimen plutocrático imperante no ha cejado en su empeño de hacer desaparecer la red de Escuelas Normales, pues un colectivo de estudiantes y profesores combativos que se movilizan constantemente para defender los derechos de los más desfavorecidos no casa con sus intereses. Los normalistas responden y presionan con huelgas, bloqueos de carreteras y manifestaciones, especialmente numerosas en los últimos tiempos en el Estado de Guerrero. Son un elemento molesto, un "grano en el culo" hablando mal y pronto, y es ahí donde entra en escena la connivencia con el crimen organizado. Siempre hay alguien que ha de hacer el trabajo sucio, si bien en este caso también se beneficia del mismo.

        Es interesante comprobar cómo en ocasiones se ignoran deliberadamente determinadas conexiones. El México de la violencia indiscriminada es también el país que a finales de 1992 firmó un acuerdo de libre comercio con sus vecinos del norte (Estados Unidos y Canadá), más conocido como NAFTA. Las transformaciones se han dejado sentir a lo largo de estas dos décadas y muchas de ellas han sido negativas. En este tiempo las grandes cadenas de alimentación y comida basura norteamericanas han invadido tierras mejicanas, dando como resultado toda una generación de niños con problemas de obesidad y trastornos alimentarios en un país cuya gastronomía fue declarada por la UNESCO patrimonio inmaterial de la humanidad. Dicho acuerdo permitió también que las grandes compañías de Estados Unidos trasladaran sus plantas de producción al otro lado de la frontera, pues los costes laborales eran mucho menores. Son las famosas "maquiladoras", que se asentaron en poblaciones como Tijuana o Ciudad Juárez, lugares estos conocidos por sus elevadísimas tasas de criminalidad. El caso concreto de Ciudad Juárez resulta especialmente deplorable por el elevado número de feminicidios, una ola de violencia que comenzó hacia 1993 y que salpica incluso a las autoridades del Estado de Chihuahua. Las víctimas son en todos los casos chicas de origen humilde que no tienen más remedio que ponerse a trabajar a una edad temprana ¿Nadie ve relación alguna entre la llegada de las maquiladoras y estos asesinatos? Desde luego que sí, pero tampoco conviene airearlo demasiado. Los acuerdos de libre comercio priman la libre circulación de capitales, la protección de las inversiones y la defensa de los intereses de los grandes conglomerados financieros e industriales; todo para "impulsar el crecimiento económico". Mientras tanto las matanzas se suceden, se produce una sistemática violación de los derechos humanos y miles de personas se ven obligadas a cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos arriesgando sus vidas por un futuro mejor. Para ellos no hay libertad de circulación, sólo alambradas y feroces guardias fronterizos armados.

        Sayak Valencia (doctora en filosofía, teoría y crítica feminista, poetisa, ensayista y artista performance) define este sistema como "capitalismo gore" y "necropolítica" (5). En el México de hoy día la violencia ya no se combate con intención de erradicarla, sencillamente se gestiona. Gestión es un término neutro muy empleado en el lenguaje neoliberal y, en el caso que nos ocupa, implica saber manejar un contexto político, económico y social en el que la violencia exacerbada y la muerte se han convertido en algo cotidiano y, por tanto, son susceptibles de ser mercantilizadas con el objeto de extraer beneficio de ellas. A través de secuestros, matanzas y ajustes de cuentas varios el narco mantiene su posición predominante, pero de ellos también se benefician, ya sea de forma directa o indirecta, otros estamentos (políticos, policías y militares, medios de comunicación, empresas de seguridad privadas y grandes corporaciones trasnacionales). El capitalismo gore transforma a los seres humanos en carnaza, lista para su manipulación o destrucción según sea el caso. La necropolítica trata los asesinatos como si de otra variable más se tratara, tal cual si fueran las cifras de desempleo por ejemplo, con el objeto de gestionarlos a conveniencia de la plutocracia dominante.

        Hace ya unos cuantos años tuve ocasión de ir de vacaciones a la Riviera Maya, en uno de esos viajes organizados a un complejo hotelero que apenas sí te permiten conocer la realidad del país en el que te encuentras. En una de las salidas fui de compras a una localidad próxima al complejo denominada Playa del Carmen, allí me llamaron poderosamente la atención los contenidos de la prensa local de carácter sensacionalista. Uno de los diarios, cuyo nombre no recuerdo ahora, tenía como portada la imagen en primer plano del rostro de un cadáver con evidentes signos de violencia y, bajo él, el titular rezaba: "Lo matan a macanazos". De hecho la truculenta foto ocupaba prácticamente toda la primera hoja de la publicación y, según creo recordar, una segunda foto mucho más pequeña en la parte superior izquierda mostraba una escena incluso más sangrienta. Diarios con esta clase de contenidos son comunes en México y ejemplifican la lógica del capitalismo gore. La sangre, la muerte y la violencia explícita se convierten en reclamos con los que atraer lectores, un mero producto de consumo. No hay mensaje crítico alguno, o un análisis profundo de por qué se ha llegado a esta situación, sólo una especie de competición para ver quién publica la foto más devastadora.

        Para terminar me gustaría realizar una reflexión acerca de cómo tratan los medios de comunicación/intoxicación españoles la situación que se vive en México, en comparación con lo que sucede en otros países latinoamericanos cuyos gobiernos no son del agrado de Estados Unidos y del establishment neoliberal. Tal y como se pregunta Juan Tortosa en su blog "Las carga el diablo" (6), en relación a la reciente matanza en la ciudad de Iguala, ¿cómo hubieran reaccionado periódicos y noticieros de por aquí si una fechoría de tal calibre, o incluso mucho menor, hubiese tenido lugar en Venezuela, Cuba o Bolivia? A buen seguro algunos de los inevitables, e insufribles, voceros del sistema andarían pidiendo a gritos que las bombas cayesen como lluvia que no cesa sobre Caracas o La Habana, para así acabar de una vez por todas con tan diabólicos regímenes ¿Y con el régimen que gobierna México qué hacemos? Pues nada porque es "uno de los nuestros" (como en la famosa película de Scorsese). No olvidemos que las grandes compañías españolas tienen importantes intereses allá y les conviene que las cosas sigan como están. La lógica del capitalismo gore vale para todos. 


                                                                                                                                            Juan Nadie


(1) Cinco años de guerra, 60 mil muertos (proceso.com).
(2) Designan a alcalde de Iguala... pero renuncia (excelsior.com).
(3) El nuevo mapa del narcotráfico en México (BBC Mundo).
(4) En el México de la muerte "normal" (Diagonal Periódico).
(5) Capitalismo gore y necropolítica en el México contemporáneo (Sayak Valencia Triana).
(6) México, tragedias que aquí no se cuentan (Público).





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