¿Sabías que...?

Algunas cosas que quizá te interese saber, pero de las que no se habla tanto como debiera (porque nos tienen muy distraídos con lo de Cataluña).


Resultado de imagen de montoro1. El Gobierno del Partido Popular ha incumplido sistemáticamente la Regla de Techo de Gasto que ha aplicado para justificar la intervención de las cuentas del Ayuntamiento de Madrid. El asunto ha pasado casi de refilón como tema de actualidad nacional, enmascarado como tantas otras cosas por el ya muy cansino monotema catalán, pero en cierto modo parece una consecuencia directa del actual ánimo intervencionista del Ejecutivo. Intervenir las cuentas del consistorio gobernado por Ahora Madrid parece una medida de control por parte del señor Montoro frente a una actuación irresponsable y manirrota de Carmena y los suyos, que serán muy alternativos y progresistas, pero no tienen ni idea de gestionar las cuentas de un ayuntamiento. Nada más lejos de la realidad. Tal y como muestra Eduardo Garzón en este artículo publicado por La Marea, la gestión de Ahora Madrid ha permitido reducir en un 40%, en lo que va de legislatura, la deuda del consistorio de la capital, amén de generar un superávit de alrededor de 1.000 millones de euros.
Y esto último es la principal razón que ha motivado la intervención por parte del Gobierno, argumentando en este caso que se ha debido al hecho de que los de Ahora Madrid han superado el techo de gasto previsto en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que estipula que ninguna administración pública puede incrementarlo porcentualmente por encima de la previsiones de crecimiento económico del Gobierno. Gastar lo menos posible e ingresar mucho, eso es lo que quieren para todos, sencillamente porque así Moncloa dispondrá de recursos para poder pagar la astronómica deuda que ya acumula el Estado Español y que se sitúa sobre le nivel del 100% del PIB (99,8% según las últimas estimaciones del propio Banco de España, con un aumento de la tasa interanual del endeudamiento de las administraciones de un 2,8% -ver esta noticia de Huffingtonpost-). Intervenir las cuentas de aquellos ayuntamientos que lo están haciendo bien, y sobre todo las de las ciudades más grandes como Madrid (que ingresan mucho), es una buena medida para ocultar la mala gestión de otros. Porque lo cierto es que el Gobierno del Partido Popular ha incumplido sistemáticamente esta regla de gasto en la administración central del Estado desde que está en el poder, viéndose obligado a realizar un cambio de metodología el año pasado para poder cumplirla.
¿Ejercicio de hipocresía? Da para sospechar y mucho viendo como se las gastan en Moncloa y el Ministerio de Hacienda. No solo incumplen las normas y leyes que ellos mismos exigen que acaten los demás, sino que además pretenden dar lecciones. A los defensores de la religión de la austeridad no les sienta nada bien que otros demuestren que se puede tener éxito, económicamente hablando, practicando políticas muy distintas a las suyas y, sobre todo, les gusta todavía menos que destinen ese dinero a inversiones sociales en vez de entregarlo a los bancos.

2. España es el país de la Unión Europea en el que las clases trabajadoras han perdido más poder adquisitivo. Tanto nos repiten una y otra vez los voceros del Gobierno y toda la corte de medios de comunicación serviles que estamos saliendo de la crisis, que hay que detenerse un momento a rastrear información para contrastar su realidad de color de rosa. Y es que, tal y como se muestra en esta noticia de El Confidencial, los trabajadores no notan cuanto apenas la tan cacareada "recuperación económica". Porque en el último año los salarios en nuestro país crecieron exactamente un 0%, lo que es lo mismo que decir absolutamente nada como sabemos todos. Una vez más encabezamos la lista por cola en este caso, sólo superados por ejemplo por Francia, donde los salarios cayeron un 2% por obra y gracia de las medidas implementadas por del gobierno ultraliberal del señor Macron.
Y esto no es lo peor, porque en realidad España lidera de forma especialmente destacada otro ranking europeo, el de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, a saber, la relación entre los ingresos de los trabajadores y la apabullante escalada de la inflación, un lastre del que es difícil que nos libremos ¿A cuánto asciende esta caída? A aproximadamente un 2,7%, aunque en este caso los siguientes que nos siguen de cerca son los finlandeses. Estos nórdicos que presumen tanto de su opulencia no están tan bien como podríamos pensar, dirán autocomplacientes y henchidos de orgullo patrio aquellos que exhiben sus banderas rojigualdas en los balcones. Bueno, será también que en Finlandia no comparten nuestros niveles de desempleo, mucho menos las vergonzosas tasas de paro juvenil, así como tampoco nuestras cifras de pobreza, exclusión social o deuda externa.
Para acabar otro dato, según estimaciones del FMI, las personas que se vayan a ir jubilando a partir de ahora sufrirán una pérdida de su poder adquisitivo de hasta un 30% en los años venideros. Como vemos no a todos afectará por igual y son siempre los sectores más vulnerables los que recibirán el impacto más duro.

3. La Guardia Civil es el colectivo que registra un mayor índice de suicidios. Los últimos acontecimientos políticos del país han servido, según muchos, para reforzar el prestigio y la imagen de los cuerpos y fuerzas de seguridad de "la Patria", entre ellos por supuesto la Guardia Civil. La benemérita puede ser una institución muy querida y de la que un gran número de ciudadanos se siente orgulloso, pero de puertas para dentro la situación es mucho menos idílica. Tal y como muestra esta información de eldiario.es, este año no está siendo especialmente bueno para el colectivo en lo que a cifras de suicidio se refiere. El balance hasta el mes de septiembre arrojaba 14 muertes por este motivo, la cifra más elevada en los últimos cinco años. De hecho el ratio de suicidios dentro de la Guardia Civil es marcadamente más elevado que en el conjunto de la sociedad española, 16 por cada 100.000 agentes el año pasado frente a los 7,7 por cada 100.000 habitantes como cifra genérica para todo el país ¡Más del doble!
¿Qué está pasando? Se puede argumentar que los protocolos de prevención están fallando, pero probablemente haya algo más. Es bien sabido que este cuerpo militarizado es una institución opaca y fuertemente jerarquizada, en la que muchas veces se produce indefensión de los agentes ante situaciones de abuso, irregularidades y malas condiciones de trabajo, que se suman en no pocas ocasiones a situaciones personales y terminan repercutiendo en la salud mental. Tal y como muestra el psicólogo Daniel Jesús López Vega en su libro "¿Todo por la Patria? (Cultura, clima laboral y conducta suicida en la Guardia Civil)" (Editorial Sotavento - 2016), lo único que se puede deducir de la poca información que los responsables de la institución le facilitaron al respecto, es que los suicidios dentro del cuerpo se deben a motivos "multicasuales". Se entiende entonces que pueden ser muchas las causas que lleven a un agente a quitarse la vida, lo cual es casi lo mismo que decir que no quieren que sepamos nada.
Pero el propio López Vega apunta en su estudio que el carácter de la propia institución está detrás de estas cifras de suicidio. Datos de la situación en la que viven muchos agentes se van filtrando como quien no quiere la cosa. El mes pasado el diario digital Público recogió una denuncia de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) acerca de las muy precarias condiciones de alojamiento en las que se encontraban muchos de sus compañeros destinados de manera extraordinaria en Cataluña. Fueron muchos los que, envueltos en banderas, los despidieron al grito de "¡a por ellos, oé!", pero no parece importar tanto la situación de abandono en la que se encuentran por parte de sus superiores jerárquicos y el propio Gobierno. De no ser así quizá la cifra de suicidios dentro del colectivo no sería tan elevada.

4. Los grandes buscadores de Internet filtran la información que nos sirven empleando sesgos ideológicos. Podríamos pensar que buscadores como Google nos ofrecen toda la información que buscamos de forma absolutamente imparcial, con el objeto de poner a disposición del usuario un servicio de búsqueda lo más eficiente posible ¿Seguro? Ahora sabemos que el control que ejercen sobre nosotros es muy superior a lo que podríamos imaginar, ya que utilizan sus algoritmos para monitorizar nuestras preferencias de búsqueda hasta un grado de detalle asombroso. De esta manera lo saben casi todo acerca de nuestras vidas: lo que compramos, los sitios a los que vamos, nuestros gustos musicales, literarios, cinematográficos, gastronómicos, sexuales, etcétera.
Normalmente asociamos este seguimiento individualizado y al detalle a intereses puramente comerciales. Los gigantes de Internet nos ofrecen sus productos y servicios en base a nuestros gustos y también mercadean con esa información para ponerla a disposición de todo tipo de empresas, así unos y otros nos bombardean a todas horas con todo tipo de ofertas y publicidad online. Puede parecer una forma de acoso, desde luego, así como de competencia desleal, ya que sólo accedes a los productos y servicios que destacan los buscadores y no a otros que se encuentran en la Red "más profunda".

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Sin embargo el mayor problema no es éste, ya que mucho más grave es el sesgo ideológico introducido en los algoritmos de búsqueda que emplean colosos como Google para poner a disposición de los internautas todo tipo de noticias acerca de la actualidad política y económica. Tal y como denuncia el economista Juan Torres López en el artículo No se fíen de Google, recientemente la compañía ha modificado sus algoritmos de búsqueda supuestamente para "prevenir a los usuarios de aquellas webs que, con relativa frecuencia, ofrecen informaciones falsas o de dudoso contenido" (las tan de moda ahora fake news), lo que de entrada parece un loable compromiso en pos de un servicio más riguroso y de calidad. Lo curioso del caso son los resultados que ha producido la introducción de los citados algoritmos y que se pueden ver claramente en la gráfica de más arriba. Es el registro de sesiones iniciadas en el portal alternet.org, de conocido corte progresista, y que muestra una abrupta caída. Lo mismo se puede decir de otros grandes portales de izquierdas, como wikileaks.org, Democracy now! o wsws.org (World Socialist Web Site), ya que todos sin excepción experimentaron fuertes descensos en el número de visitas desde la introducción del dichoso algoritmo "googleliano".
¿Será que las webs progresistas y de izquierdas son todas una inmensa fábrica de mentiras, manipulaciones y conspiranoias? Demasiada casualidad parece esa, ¿o es que no hay portales ultraconservadores y de derechas que también contaminan la opinión pública con todo tipo de noticias falsas? Una de las naves insignia de este tipo de webs es breitbart.com, dirigido en su día por Steve Bannon (el que fuera estrecho colaborador de Donald Trump), conocida por ser una auténtica central de producción en masa de gran variedad de fakes. Todo parece indicar que los algoritmos de Google están diseñados para condicionar ideológicamente a los usuarios, desviando sus preferencias hacia portales de ideología conservadora y neoliberal, que casan mucho más con los intereses particulares de esta compañía y otras similares. Sólo el tiempo dirá si esta manipulación consigue sus objetivos.

5. La tragedia de la etnia rohingya continúa en medio de la indiferencia internacional. Los rohingya son una minoría de religión musulmana que vive mayoritariamente en el norte del estado de Rakhine, en Myanmar, país antes conocido como Birmania y que durante años estuvo bajo el yugo de una férrea, despiadada y hermética dictadura militar. Siendo esta nación asiática mayoritariamente budista los rohingya, que fueron a parar del lado equivocado de la frontera concluido el domino colonial británico,  fueron relegados a la categoría de parias sin reconocimiento alguno allá por los años 80 del siglo pasado. El régimen de Rangún reconoce 135 etnias, y sus respectivos derechos, dentro de su territorio, pero los rohingya no figuran en esta lista y ni tan siquiera está permitido usar ese nombre. No son ciudadanos birmanos y tienen seriamente restringidos todos sus derechos (para estudiar, trabajar, viajar, etc.). La justificación son las aspiraciones políticas de esta comunidad, pues se argumenta que pretenden crear un Estado independiente en Rakhine.
Y han sido precisamente los choques armados entre la insurgencia rohingya y las fuerzas del Gobierno los que han provocado la actual catástrofe humanitaria que está viviendo este pueblo. El régimen birmano los califica de "terroristas", pero los insurgentes contraatacan argumentando que su alzamiento está motivado por el larguísimo historial de abusos, humillaciones, represión y abandono que llevan sufriendo los rohingya y que, ya en el pasado, provocó varios estallidos de violencia en los que los integrantes de esta comunidad siempre se llevaron la peor parte.
Tal y como refleja el portal Univisión este último estallido no ha sido diferente. En Rakhine vivían alrededor de 1,2 millones de rohingyas, pero tras la ofensiva militar del Gobierno en 2016 se calcula que alrededor de 600.000 han huido a la vecina Bangladesh, donde malviven hacinados en campos de refugiados. Resulta complicado realizar un balance de la situación dentro de Myanmar, pero se estima que la violencia ya ha provocado centenares de muertos, mientras que los supervivientes aseguran haber presenciado todo tipo de atrocidades (asesinatos, violaciones, torturas... incluso contra menores). Tanto es así que organizaciones como Anmistía Internacional y Human Rights Watch califican la situación de auténtica "limpieza étnica", ya que el ejército está expulsando por la fuerza a poblaciones enteras y las empuja hacia la frontera. Entretanto Bangladesh, uno de los países más pobres del planeta, se siente desbordado y lleva meses endureciendo su política de recepción de refugiados, al tiempo que hace llamamientos a la Comunidad Internacional para que intervenga ¿Algo se mueve al respecto? Parece que Estados Unidos está dispuesto a empezar a moverse, pero no sabemos muy bien qué significa eso. Mientras tanto a este pueblo perseguido no le quedará más remedio que seguir sobreviviendo al límite, día tras día, mientras el resto del mundo, ocupado en sus asuntos, los ignora.                 



Agencia Tigris
 
 


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